La adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft por 1.400 millones de dólares sigue siendo investigada por la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA). Esta última se ha negado a aceptar los argumentos de Microsoft para la adquisición.
La compañía también se enfrenta al dilema de la decisión de la Comisión Federal de Comercio (FTC) de demandar a Microsoft, ya que afirma intentar bloquear el acuerdo de 68.700 millones de dólares porque confía en que desplazará a sus competidores en favor de su plataforma Xbox y su servicio mensual Game Pass, además de su servicio de juegos en la nube. Esta última respondió que está lista para presentar su caso en los tribunales y defenderlo.
Con todos estos problemas y obstáculos para cerrar el acuerdo, Microsoft se enfrenta actualmente a nuevas acciones legales por parte de 10 jugadores para impedir su fusión con Activision Blizzard, el gigante editorial desarrollador de la famosa saga de disparos Call of Duty. Según la BBC, estos jugadores también se sienten perjudicados por el perjuicio que este acuerdo genera a favor de una empresa en detrimento de la competencia.
En cualquier caso, se informa que Microsoft ofreció a Sony un contrato completo de 10 años el mes pasado para garantizar la continuidad de los nuevos y futuros juegos de Call of Duty en sus plataformas, pero Sony aún no ha aceptado la oferta. Sin embargo, se llegó a un acuerdo similar con Nintendo y Valve, que aceptaron rápidamente.