La guerra de palabras que hemos presenciado entre los dos gigantes de los videojuegos, Microsoft y Sony, ha resonado en toda la industria, ya que los intentos de comprar Activision Blizzard en un acuerdo valorado en 1,4 billones de dólares se han convertido en la principal preocupación de analistas, profesionales de los medios y críticos.
PlayStation busca clara y explícitamente impedir que el acuerdo se concrete por todos los medios legales posibles, argumentando que este acuerdo representará una amenaza para la competencia y que la ataca específicamente. A cambio, Xbox presiona a los reguladores para que permitan que se concrete.
Ambas compañías utilizan todos los medios disponibles para demostrar su punto ante los reguladores... incluso si esto requiere reconocer la fuerza del competidor y limitar su lugar en el mercado de los videojuegos, como sucedió con Microsoft, cuando confirmó que seguirá siendo el competidor más pequeño incluso después de completar el acuerdo.
En otro giro de los acontecimientos para complacer a los reguladores, Microsoft afirmó recientemente que los juegos de Sony son mejores que los suyos en términos de calidad, ya que la opinión de la compañía es que PlayStation tiene más exclusivas y, por lo tanto, no necesariamente necesita títulos como Call of Duty para lograr un mayor éxito.
El comunicado de la compañía también confirmó que muchos de los juegos propios de Sony son mejores que sus propias producciones, lo que la sitúa en una categoría inferior en términos de calidad. Por supuesto, la compañía no quedó satisfecha con esto. Confirmó mediante el comunicado que Sony es la distribuidora de juegos más poderosa y la empresa dominante en consolas domésticas. Además, su negocio es equivalente al de Activision y el doble del de Microsoft.
Por supuesto, en mi opinión, estas declaraciones no reflejan la realidad en muchos aspectos, y es evidente que la compañía intenta deliberadamente minimizarlas para conseguir la aprobación del acuerdo y para impedir que los reguladores preocupen y molesten a Sony. Además, se esfuerza por demostrar que Sony lo está haciendo bien.